Según el Head Pro del Club, Roberto López, es el golfista de más edad que recorre los campos del país.
Deportista a carta cabal, don Jorge reconoce que esto le ha ayudado a tener una magnífica salud, pues además de practicar el golf, viene constantemente al gimnasio así como a nadar.
Cuando se le pregunta a don Jorge desde cuándo es socio del Club, medita un poco, se suelta el reloj de su brazo y lo ve en su parte de atrás y entonces, con seguridad dice que desde 1976.
Pero, por qué tuvo que ver el reloj para confirmar la fecha; su respuesta inmediata es que fue precisamente ese año en que se jubiló de la empresa en que trabajaba, la Chrysler, la que en agradecimiento por los servicios que le prestó, le regaló la joya.
Y ese año, no lo pensó mucho, se vino a vivir a Costa Rica, pues por su trajinar por toda América Latina entendió que era el país más tranquilo para vivir.
El tenis fue su deporte inicial y aunque en Estados Unidos jugó golf, fue en Costa Rica, donde reconoce, hay muy buenos golfistas y excelentes canchas, así que aprendió a jugar este deporte.
Recuerda la Liga de los Miércoles, un grupo muy grande de socios que practicaban el golf y que se convirtieron en grandes amigos, muchos de ellos hoy ya muertos; otros, todavía juegan con él en nuestro campo de golf.
Sin embargo, una de sus mayores satisfacciones es decir que recorre caminando el campo de golf; juega nueve hoyos y lo hace durante dos horas. “Me gusta hacerlo así, no uso carrito porque hago ejercicios”, comentó don Jorge.
Al reconocer que tiene muy buena memoria, afirma que es un gran lector de libros, especialmente de la literatura latinoamericana e inglesa y se siente honrado de que un compatriota suyo, Mario Vargas Llosa, sea el Premio Nobel de Literatura.
Don Jorge considera el Country como su segunda casa y al gimnasio viene acompañado de su esposa, María del Carmen Salazar, con quien procreó cuatro hijos: María del Carmen, Susana Teresa, Jorge Ramón y Miguel, quien se desempeña como director de cine en Hollywoood.
Uno de los ratos que más aprecia en su vida es visitar su casa en Playa Escondida, sitio que goza a plenitud.
Del Club disfruta la buena comida que hoy, según su consideración, se ofrece; tiene un gusto especial por la costilla de ternero que es importada de Nueva Zelandia, así como los miércoles de langosta y los buenos postres.
Sin duda, don Jorge Arteta, El Tigre, es un ejemplo que debe ser imitado.
