Melania Sauma Masís y Sofía Soley Saborío, dos jóvenes colegialas costarricenses, fueron las heroínas que alcanzaron la gloria para Costa Rica y su triunfo llenó de emoción a sus padres, compañeros y amigos que se habían reunido en el “Spectrum Club”, sitio donde se jugó el torneo mundialista para observar el partido final. Llanto de alegría, gritos, vivas, porras para Costa Rica llenaron aquel lugar, pues lo que se había planificado se logró: un campeonato mundial en esta disciplina deportiva, algo que por primera vez se obtenía en este deporte.
Tanto Melania como Sofía tenían claro que bajo el mando de su entrenador, Jorge Rodríguez, podrían conquistar la máxima presea; ya el año pasado lograron el subcampeonato, hecho que las emocionó y motivó para continuar con una preparación llena de sacrificios y de muchas horas de entrenamiento diario, lo que finalmente dio su fruto el 20 de noviembre con la conquista de un título mundial. En realidad, muy pocos costarricenses pueden darse ese gusto.
Deportistas a carta cabal, piensan que el ejemplo que sembraron debe ser continuado por los racquetbolistas del país, pues consideran que se tiene muy buen material humano y muy buenos entrenadores como los hermanos Jorge y Fernando Rodríguez.
“Deben recordar que el deporte es superación, buena salud y lo más importante, aleja de las malas prácticas”, comentaron estas consagradas deportistas.
Aventajadas estudiantes del Colegio Lincoln, Melania cursa el octavo año y Sofia el noveno; Melania tiene aspiraciones para convertirse en profesional del racquetball mientras que Sofía planea seguir jugando, pero su preferencia la tiene ubicada hacia los estudios en medicina.
“No he pensado aún qué voy a estudiar, aunque sí me gustaría tener una beca universitaria”, expresó la joven Sauma.
