Fue una hora de pedalear, primero suave, luego más y más duro hasta llegar a la cima, posteriormente comenzaron a bajar a alta velocidad, todo sin parar, de manera continua; así fue la clase de spinning bajo techo del sábado 25 de enero, la que se convirtió en una verdadera prueba de esfuerzo y de excelente condición física.
Bajo el mando del instructor, Carlos Madrigal, los socios participantes terminaron sudorosos, cansados, pero satisfechos tras un esfuerzo titánico.
Fue sin duda, tal y como se lo propuso el instructor, una clase especial disfrutada por todos los participantes.
“Esta prueba, comentó Carlos, la hice semejando que íbamos a Pérez Zeledón.
Hubo un momento en que llegamos al Cerro de la Muerte y fue cuando se dio el máximo esfuerzo; luego comenzó la bajada, todo al son de diferentes ritmos musicales.
Bajo el mando del instructor, Carlos Madrigal, los socios participantes terminaron sudorosos, cansados, pero satisfechos tras un esfuerzo titánico.
Fue sin duda, tal y como se lo propuso el instructor, una clase especial disfrutada por todos los participantes.
“Esta prueba, comentó Carlos, la hice semejando que íbamos a Pérez Zeledón.
Hubo un momento en que llegamos al Cerro de la Muerte y fue cuando se dio el máximo esfuerzo; luego comenzó la bajada, todo al son de diferentes ritmos musicales.